
Proceso
No hicimos una entrevista, sino que les pedimos a seis parejas de madres e hijos, que se sentaran a la mesa de la cocina, para contar juntos su historia. A penas una pregunta fue suficiente como estímulo para empezar la conversación sobre el tema: “Ve con el pensamiento de vuelta al momento de 'salir del armario'. ¿Cuándo ocurrió? ¿Dónde te encontrabas entonces? ¿Qué detalles recuerdas? Contáoslo el uno al otro”. La conversación fue interrumpida lo mínimo posible; a excepción de una única intervención tras la que madres e hijos llevaron las riendas, sin ningún entrevistador que les desviara de su relato.
Madres e hijos
Nos hemos limitado a madre e hijos, por una lado, sencillamente porque nosotros mismos somos madre e hijo y por otro, porque las madres suelen ser más capaces que los padres de poner en palabras sus experiencias y sentimientos.
Madres comprensivas
En el libro “¿Tiene padres los 'homos'?” (1986) (‘Hebben homo’s ouders?'), Geerlof y Tielman argumentan que las reacciones de los padres pueden variar entre:
el rechazo a la homosexualidad de su hijo y la ruptura del contacto (sea o no temporalmente)
la aceptación y necesidad de un tiempo para acostumbrarse.
La total aceptación, porque se pone de manifiesto, lo que ya sabían.
Los padres y madres de la primera categoría, no se dejaron filmar. Así lo comprobamos. Mientras que los de la segunda y la tercera si son reconocibles en este documental.

Buscando las parejas madre/hijo
Entramos en contacto con hijos homosexuales y sus madres de nuestra red social. Buscábamos parejas que encajaran en nuestro perfil, es decir, que fueran capaces de tener juntos una conversación honesta, reflexiva y abierta. Al principio no fue fácil. Hijo y madre tenían que estar dispuestos a hablar frente a tres cámaras, sabiendo que todo podía hacerse público. Algunas dudaban, pero finalmente encontramos más parejas de las que necesitábamos. Nos limitamos a seis pares de madres e hijos de diferentes entornos y con edades desde 22 a 59 años (los hijos) y desde 48 a 91 años (las madres). Nos sorprendió la confianza y la acogida que nos dieron cuando llegamos – como completos desconocidos – a sus casas y les reorganizamos toda la estancia, para poder instalar el material de filmación. ¡Una experiencia conmovedora!